Actualmente, la educación superior viene dando pasos importantes en cuanto a la cualificación tanto de instituciones como de la educación que se imparte; se vienen estableciendo parámetros cada vez más altos, para todo lo relacionado con la calidad de la educación; es tan alta la vara que se está implantando que, muy seguramente, varias instituciones podrían quedar relegadas en el camino. Pero no es un camino intransitable hacia la calidad, realmente es una apuesta del gobierno por situar la calidad de las universidades a un nivel más competitivo en el ámbito internacional; esta apuesta también implica que las instituciones gestionen proyectos relevantes y de impacto, con el fin de que sean realmente valiosos y de interés mundial. Surge así la necesidad de repensarse como instituciones que den cuenta de una calidad en sus procesos, que sus profesionales puedan trasladarse a otros países y su título les permita desempeñarse en el mercado laboral en donde se encuentren, porque como bien sabemos, la gran mayoría de nacionales que deciden salir del país y radicarse en otro, les implica volver a empezar de cero.